miércoles, 17 de octubre de 2012

TRADUCIR LA LENGUA ÁRABE: DIFICULTADES TÉCNICAS



[La traducción…] consiste en leer la frase y entenderla.
A continuación se trasvasa a otra frase,  tanto si las palabras son equivalentes como si no.
Hunayn ibn Ishâq


Traducir es comunicar y, por lo tanto, un acto cultural necesario para el entendimiento y la concordia entre los pueblos.

Cada comunidad y cada sociedad se definen por su cultura y quedan grabados en la historia por sus hechos y por su literatura, por lo que, la traducción literaria, permite reflexionar sobre la lengua y sobre dicha cultura.

Traducir la lengua árabe y la lengua española, a parte de los problemas estilísticos, tiene unas dificultades técnicas añadidas por tratarse de lenguas de distintas familias iniciales como son las lenguas semíticas y las indoeuropeas.

Algunos de estos inconvenientes son[1]:

- La lengua árabe conserva un carácter sintético, es decir, no precisa de morfemas independientes, preposiciones o conjunciones para expresar las relaciones sintácticas.  Se sirve, pues, de la simple flexión de sus semantemas morfológicos, caso y flexión verbal.

- El castellano es una lengua analítica y es necesario indicar con morfemas independientes las funciones sintácticas. Este problema no plantea inconvenientes graves en la traducción del árabe al castellano pero si en la traducción inversa donde el hispanohablante se siente inclinado a poner preposiciones indicativas de los complementos directos e indirectos.

- El verbo árabe puede tener una extensión preposicional extraña en castellano, es decir, algunos verbos transitivos en castellano rigen un complemento directo, mientras que el verbo en árabe tiene un complemento preposicional.

- El verbo árabe, como en todas las lenguas semíticas, no tiene “tiempo” sino “aspecto”, el perfectivo corresponde a la acción acabada y el imperfectivo corresponde a la acción inacabada. Por regla general, en la traducción se asimila la acción acabada o perfectivo al pasado y la inacabada al presente y futuro, pero no se corresponde a la exacta noción temporal que matiza el español y otras lenguas románicas.

 - La lengua árabe utiliza para matizar todos estos modos y tiempos morfemas independientes como partículas temporales y verbos modificadores.

- En la lengua árabe hay poca subordinación o hipotaxis entre las oraciones que van coordinadas y rara vez subordinadas, unidas por la conjunción copulativa, wa, es decir, “y”. Esta coordinación resulta intraducible en español, a menos que por razones de estilo se quiera reflejar la polisíndeton “y…y…y” como en el castellano medieval y su “et…et…et”.

- Otra de las soluciones para traducir el árabe clásico al castellano es el uso del gerundio, inexistente en árabe, en vez de traducir dos verbos simultáneos: “Se fue y caminó”, por “Se fue caminando”, especialmente con la wa- de simultaneidad. El árabe contemporáneo tiende a sustituir la coordinación por la yuxtaposición.

- Otra problemática del verbo árabe es el orden sintáctico dentro de la frase. Verbo-Sujeto-Complementos, mientras que el español es Sujeto-Verbo-Complementos. El problema radica en que el verbo árabe, cuando no ha aparecido el sujeto, no concuerda con el mismo ni en número, ni en género. Es decir, el verbo siempre aparece en tercera persona masculina y singular, sea el sujeto formalmente femenino o plural.

- En el árabe no existe formalmente una voz pasiva, sino una voz cuyo sujeto es desconocido o se elude.

- El artículo árabe es siempre invariable respecto al género y al número, y no existe un artículo indeterminado y  sí existen oraciones copulativas sin verbo.

Todos estos fenómenos hacen que sea imposible una traducción literal, es decir, servil.


La traducción ha de enfrentarse también al problema del léxico árabe, pues las palabras árabes son muy polisémicas, y en su mayoría esconden un término concreto y otro abstracto. Corresponde al traductor la elección del término dentro del contexto. Además el léxico árabe es inmenso, como corresponde a una civilización tan extensa en el tiempo y en el espacio.


La traducción se convierte de esta manera en un nuevo arte, necesitado de un oficio y una técnica propia


Publicado por: Reyes de Gregorio

[1] Rubiera Mata, M.J., “Introducción general a la lengua árabe y a su traducción al castellano”. Traducir del árabe. Pág. 36. Barcelona 2004. 

miércoles, 10 de octubre de 2012

por qué / porqué / porque / por que:




De forma esquemática queremos explicar los distintos tipos de escritura (unida o separada, con tilde o sin tilde) que se utilizan con esta secuencia que, a menudo, resulta problemática:

a) por qué:

Esta secuencia escrita en dos palabras corresponde a la combinación de la preposición por y el interrogativo qué utilizada tanto para introducir oraciones interrogativas directas como indirectas:

¿Por qué no me dijiste nada? / Le pregunté por qué no me dijo nada
Pero ¿por qué no vienes? / Lo que no entiendo es por qué no vienes
No pudo explicar por qué razón fue allí

Cuando la oración interrogativa es negativa sirve para preguntar la causa de algo y también para proponer o sugerir:

¿Por qué no vamos a cenar fuera?

También aparece esta secuencia en oraciones exclamativas no causales:

Casi entra el balón ¡por qué poco!


b) porqué:

La grafía porqué, en una sola palabra y con tilde, corresponde al sustantivo masculino que significa ‘causa, razón o motivo’. Se usa precedido de determinante (determinado o indeterminado) y tiene forma de plural:

Tú siempre has entendido el porqué de las cosas / los porqués de las cosas
Quiero una explicación, un porqué.


c) porque:

La grafía porque, escrita en una sola palabra y sin tilde, corresponde a la conjunción causal con la que se introducen las oraciones subordinadas que expresan la causa o motivo de lo expresado en la oración principal:

Me fui a casa porque estaba cansado
Me gusta el libro porque está bien escrito


d) por que:

Esta secuencia, escrita siempre en dos palabras (preposición + conjunción), se usa cuando dicha preposición por introduce un complemento exigido por la oración principal. Son, por lo tanto, conjunciones preposicionales que introducen una oración subordinada en lugar de un sustantivo:

Estar loco por algo / estar loco por que suceda algo.
Votar por algo / votar por que se haga algo

Está loca por que la entreviste a ella también
Voto por que vayamos al cine
El temor por que nos pase algo me invade
Daría la vida por que se repitiese este momento

* No hemos de confundir este por que con la causa de algo, en cuyo caso, se escribiría junto: está como loca porque tiene una entrevista.



martes, 2 de octubre de 2012

Origen de O.K.


En el Diccionario de anglicismos, de Ricardo J. Alfaro, se dice que «O.K.» significa estar bien o estar correcto.    
Varias explicaciones se han dado sobre su origen. Quizá la más difundida y la que primero hemos de descartar es que «O.K.» se empleaba con el significado de 0 Killed, es decir, cero muertos, durante la Guerra de Secesión estadounidense (1861-1865) y, por lo tanto, su uso indicaba que no había bajas que lamentar y por extensión pasó a referirse a algo bueno y correcto.  
Hemos de descartar ese origen debido a que la expresión está documentada antes de la Guerra de Secesión. Sin embargo, la aparición exacta de «O.K.» es incierta.
Se dice que «O.K.» procede de All Correct, que significa exactamente: todo correcto.  
El escritor Néstor Luján en su libro Cuento de cuentos nos explica cómo el presidente de los Estados Unidos Andrew Jackson (1767-1845) lo usaba como abreviatura de All Correct, que él escribía Oll Korrect debido a su incultura y a su carácter impetuoso. En 1829 fue presidente de los Estados Unidos y su administración duró hasta 1837. 

Presentación



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